Libres pesares

Se mueve como yo, caminando con paso ajeno y con la mirada perdida por los miedos heredados, convencidos de que un día no llegaré a nuestro encuentro, pues ahondando en mis pesares se me olvidan mis tormentos.

Se echa a llorar como yo, cuando no hay consuelo en nuestra muerte, que ya se nos hace rutinaria y me tiene en piel de pollo verme de cara a la parca, disuadiendo al desenfreno de no tentarme al vacío, de no sentirme tan libre cuando sucumbo al rocío de las mañanas siniestras que ya no tienen sentido y sin querer, te olvido.